Nos vendieron una nube de humo



Una larga pesadilla. Así se debieron sentir los jugadores del FC Barcelona al caer eliminados en el Olímpico de Roma, ente el conjunto romano por 3-0. Los de Valverde partían con una ventaja de 4-1 en el partido de ida. El resultado y la presencia de Messi en el once titular hacía desvanecerse cualquier mínima posibilidad de remontada para el conjunto local. Pero a la Roma nadie le dijo eso, y creyó hasta el final del partido.

No obstante, el motivo de este artículo no es analizar la derrota del conjunto catalán, sino hablar del enésimo fracaso de Pep Guardiola. Contextualizando se podría decir que Pep es ese entrenador que es considerado por algunos como el mejor entrenador del mundo. Sin embargo, desde que saliese del FC Barcelona solo cuenta sus aventuras europeas por fracasos.

En el Bayern de Múnich estuvo tres temporadas, heredando un equipo que venía de hacer un triplete y con un equipo ya construido. Pese a todo, Guardiola fue fracasando un año tras otro en la competición continental. Primero fue contra el Madrid (los denominados atletas), más tarde fue contra el FC Barcelona y, finalmente, contra el Atlético de Madrid. Tres semifinales contra tres equipos españoles y las tres veces Pep dijo adiós a la Champions.

Una vez finalizada su anodina estancia en el conjunto alemán. Se embarcó en un nuevo desafío, esta vez sería en Inglaterra, concretamente, en el Manchester City. Era una decisión valiente, irse a la Liga más competida del planeta. Sin embargo, aquí tendría la difícil tarea de “construir” un equipo. Los Silva, Agüero, Touré o Hart, no eran lo suficientemente buenos para Guardiola. El entrenador/predicador de utilizar a la cantera iba a tirar de talonario de manera irrepetible, es decir, cartera en lugar de cantera como dijo una vez alguien.

Desde su llegada a Manchester hace tan solo dos años, Guardiola ha gastado en torno a unos 570 millones de euros en jugadores como Bravo, Stones, Gündogan, Sané, Nolito o Gabriel Jesús. Sumados también a los refuerzos que llegaron como Bernardo Silva, Ederson, Kyle Walker, Mendy, Danilo o Douglas Luiz. En su segundo año, Pep ha invertido muchos millones en De Bruyne, Sterling o Laporte.

La Premier League la tiene en el bolsillo y ese mérito nadie se lo cuestionará. Lo que parece evidente es que Guardiola conquistó el mundo con un fútbol inigualable con el FC Barcelona porque tenía a los jugadores nacidos para desplegar ese fútbol. Tener a Iniesta, Messi o Xavi es un privilegio que no se puede comprar.

Desde su salida de la Ciudad Condal, el filósofo de nuestra época se ha caracterizado más por sus polémicas y continuas declaraciones sobre la independencia de Cataluña, que por dominar y conquistar de nuevo el fútbol mundial.

Como es ya habitual, en la derrota, Guardiola se vuelve irrespetuoso con el rival, con el árbitro y con todo el que sea necesario. Nos vendieron humo. Nos dijeron que era un humilde entrenador que cambiaría el futbol mundial. A día de hoy, no se puede decir que haya cambiado nada, y está en las antípodas de ser un entrenador humilde. Lo único que está claro es que Pep ha vuelto a naufragar, otra vez.

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