El partido de la pasión
La pasión es esencial en cualquier ámbito de la vida. Si hay un partido en España que sea especial ese es el derbi sevillano. Puede que no jueguen tantas estrellas como en otros partidos. Quizá no sea un partido internacional, pero es un encuentro diferente a todos los que se pueden ver. La ciudad de Sevilla se paraliza, se viste con sus colores rojo y verde. Se empiezan a entonar los himnos y se desata la pasión. Millones de personas disfrutan con este partido, porque es fútbol en estado puro. Es la alegría de una afición en su máxima expresión.
Será, como normalmente suelen ser, un partido intenso, igualado y con mucha expectación. El Sevilla FC es un equipo que en la última década se ha hecho un hueco entre los grandes equipos europeos. Ha convertido la Europa League en un trofeo de su pertenencia y ha deleitado al mundo con grandes encuentros. Cosas muy importantes ha conseguido el Sevilla en estos últimos años, al alcance de pocos equipos. Por otro lado, el Real Betis Balompié ha sufrido un descenso y deportivamente no ha tenido tanto éxito como sus vecinos. No obstante, el Betis tiene un factor a su favor que muy pocos equipos de España y Europa poseen: una afición insuperable.
Fidelidad, esta es la palabra perfecta para describir a la afición verdiblanca. Una afición que siempre está ahí, invadiendo cada campo rival, apoyando en cada situación por muy adversa que esta sea. Esta marea verdiblanca no entiende de descensos, de problemas económicos, de proyectos fallidos... El fútbol no se concibe sin aficiones, el Betis no existiría sin su afición.
Son dos aficiones que viven momentos de buena relación. La muerte de Antonio Puerta unió a la ciudad de Sevilla y, pese a que siguen siendo partidos extremadamente intensos, no se ven acciones deplorables por parte de la aficiones. Esperemos que todo transcurra con normalidad. El fútbol es un deporte de equipo, once contra once, donde las aficiones suman en favor de sus colores. Aficiones que desprenden pasión por doquier y esto es esencial, porque la pasión es necesaria. Pasión por un equipo, por unos colores, por una historia... El Sevilla-Betis no es un partido cualquiera, es el partido de la pasión.