La espada por la raqueta




He de reconocer que siempre he admirado las películas bélicas, aquellas donde los reyes y sus ejércitos se enfrentan en contiendas multitudinarias, atacándose con arcos, flechas y espadas. Siempre he sido un admirador de esos héroes que saben blandir su espada de manera legendaria e impartiendo justicia.

En nuestra sociedad, ya no hay guerras en las que los arcos y las flechas sean las protagonistas, carecemos de grandes espadachines que impartan justicia a golpe de espada. En el mundo actual, el deporte es un modo de combatir al rival, y el tenis es uno de esos deportes más majestuosos que jamás ha existido.

Rafael Nadal es ese espadachín de película, es el héroe que todos deseamos que aparezca. Ayer, este guerrero amplió su número de conquistas de Grand Slam, anoche el tenista español ganó su tercer US Open, o lo que es lo mismo, su décimo sexto gran premio.

No cabe duda de que estamos ante un linaje único e irrepetible del deporte español. Sinceramente, se acaban los calificativos para este deportista. Cuando sus detractores quieren poner fin a su hegemonía y concluir así el tiempo de sus grandes conquistas, Nadal vuelve a empuñar su raqueta e imparte justicia en la cancha.

Porque así es Rafael Nadal, legendario. Un héroe llamado a dominar un linaje y a conquistar a todo el planeta con el golpe de su espada. Al igual que Aragorn en El Señor de Los Anillos, del mismo modo que Jon Nieve en Juego de Tronos o Aquiles en Troya. Nadal es ese muchacho tímido que no parece querer asumir que ha nacido para esto, negando que lo lleve en la sangre.


Si la vida fuese una película bélica, donde las raquetas se tornasen en espadas, los caballos en coches de carreras y los héroes en deportistas, no cabe duda de que estaríamos hablando del reinado de Rafael Nadal Parera, el primero de su nombre y dueño y señor del trono mundial del tenis. El cual no cesa en su empeño de agrandar aún más su leyenda mientras le sigan quedando fuerzas para empuñar su raqueta. Ese es mi héroe favorito, el nuestro. Un deportista único, justo y honorable. Un tenista de leyenda, un campeón sin igual. El rey de reyes. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario