Punto y final
Es momento de hacer autocrítica, pero no de machacar a nadie. Es cierto que Del Bosque no ha sabido utilizar a los 23 jugadores, solo contemplaba la posibilidad de manejar a 11 o 12 miembros de la plantilla. No hemos tenido un plan B, y por consiguiente, nos hemos convertido en un equipo tremendamente predecible.
Ahora me vienen a la mente los recuerdos de 2008, 2010 y 2012. Lo difícil que era hacer lo que hicieron, y lo afortunados que somos de haber podido vivir semejante época dorada del fútbol mundial. Una generación de futbolistas que, poco a poco, parece llegar a su ocaso, los mismos que enamoraron a su país y fueron admirados por el mundo entero.
Muchos pensábamos que lo ocurrido en el mundial de Brasil de 2014, sería tan solo un espejismo, que volveríamos a ganar. Confiábamos en que había materia prima suficiente para volver a la senda del triunfo, pero no ha sido así. En 2014 no pasamos de la fase de grupos y en 2016 eliminados en octavos de final. Parece ser que España ha retrocedido y volvemos a nuestros principios donde temíamos los partidos complicados. Ojalá esto sea algo pasajero, ojalá no volvamos a lo de antes.
Me niego a pensar que este equipo, que nuestra selección, vuelva ser la que no pasaba de cuartos, la que siempre tenía mala suerte. Es imposible que después de lo vivido volvamos a ser los de antes. El problema es que la generación que ha adquirido la capacidad de superar citas importantes está abandonando la selección, debido a la edad, y están llegando nuevas generaciones que, de momento, no han dado la talla.
España se ha ido, se va de la Eurocopa. Se va una de las favoritas para ganar el torneo. La selección se marcha de Francia y abandona el trono de Europa tras ocho años de supremacía. No sé qué ocurrirá en el mundial de Rusia de 2018, qué jugadores estarán o qué entrenador los dirigirá. Solo sé que España se ha ido y no sé cuándo volverá. Tan solo espero que no se haya marchado para siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario