Ataque al ciclismo
En muchas ocasiones hemos visto las secuelas del aburrimiento, o simplemente, de la maldad humana. El hombre tiene la cualidad innata de hacer el mal por el mal, con la única finalidad de fastidiar al que tiene más próximo. Hace tiempo que se ven en las redes sociales imágenes de trampas que ciertos individuos, por llamarlos de alguna forma delicada, colocan para que los ciclistas tengan accidentes. No solo ciclistas, personas que corren por caminos, personas que pasean... Todo esto con la denigrante intención de hacer daño.
Todos sabíamos que algo grave iba a pasar en cualquier momento. Muchísimas eran las imágenes que se veían cada día de ciclistas de montaña que alertaban de estos peligros, pero nadie le daba importancia. Hasta que hace 2 días una persona perdió su vida por culpa de estas trampas, al toparse con un pastor eléctrico que estaba colocado intencionadamente con ese propósito. Mi pregunta es: ¿Esto por qué?
Puedo entender que existan ciertas personas que les incomode encontrarse con ciclistas por la carretera, por el tráfico, el cuidado que hay que tener con ellos, etc. (sin olvidar que tienen el mismo derecho que los demás a circular por ahí). Pero lo que se escapa a mí entender es el daño o las molestias que pueden ocasionar los ciclistas en la montaña. Es un deporte que no hace ruido, que no perjudica absolutamente a nadie, los ciclistas pasan por sus caminos y no le ocasionan daño alguno a ningún ciudadano. Por todo esto no entiendo que se les ataque de esta forma, y más usando métodos que pueden costarles la vida.
Siempre han existido personas malas, y seguirán existiendo. Personas que les molesta que otros hagan deporte solo porque ellos no lo hacen, bien porque no son capaces de tener la fuerza de voluntad que requiere realizar un deporte de las dimensiones del ciclismo o bien porque son seres que solo tienen un pensamiento: hacer daño porque sí. Tan solo espero que esto sea el primer y último caso de persona fallecida por estas trampas. Dejemos a los ciclistas en paz, respetémoslos. No están haciendo nada malo, tan solo practicar un deporte. No le están robando a nadie, no están perjudicando a nada. Espero que los ciclistas sigan con su pasión, que el miedo no les impida realizar el deporte que tanto aman. Esto es precisamente lo que quieren esos malnacidos, los cuales tienen unas vidas tan tristes que solo se centran en hacer que las de los demás también lo sean.