Una situación del “revés”


Vergüenza ajena. Eso es lo que sentí en el día de ayer mientras veía un programa deportivo en la televisión. Cuando se emitieron unas imágenes de la tenista francesa Alize Cornet. Mi indignación no viene por la emisión de dicho video, sino por la connotación machista del mismo.

Al parecer, la tenista Alize Cornet, mientras disputaba un partido del US Open (EE.UU) se quitó la camiseta durante cinco segundos para darle la vuelta a dicha prenda que se había colocado del revés en el vestuario. Acto seguido, el juez de silla le llamó la atención a la deportista francesa insistiéndole en que “no podía hacer eso en la pista. Y que eso no está bien”.

Me parece deleznable esta situación. En primer lugar, Alize Cornet se quitó la camiseta unos segundos para colocársela bien, en ningún momento lo hizo con otra intención. En segundo lugar, durante esos segundos que la tenista francesa se quitó su camiseta, nadie podría escandalizarse por nada puesto que esta llevaba un sujetador deportivo, tratándose esta prenda de una tan visible como un bikini o la ropa interior que suelen llevar las mujeres.

No obstante, lo que me parece totalmente inadmisible es que, en un torneo donde se han disputado partidos con más de 35 grados, y donde las imágenes de los tenistas masculinos sin camiseta en sus banquillos son bastante frecuentes, me parece lamentable que se le llame la atención a una jugadora que solo quería colocarse bien una prenda.

Es decir, en un país como Estados Unidos, que se presupone que encabezan los ideales de igualdad de género y de respeto a todos los deportistas independientemente de su sexo, se escandalizan por ver a una mujer con un sujetador deportivo. Es decir, mientras los hombres pueden descansar en sus banquillos, despojándose de sus camisetas, refrescándose de las altas temperaturas que están teniendo lugar en las pistas estadounidenses, ¿tenemos que asumir que las mujeres no pueden ni cambiarse una simple camiseta durante cinco segundos?

Vivimos tiempos donde levantamos la voz por sandeces, atribuyéndole el término machista a cosas que no lo son, y luego vemos cosas de este tipo y nos parecen normales. Es más, en el mundo del deporte, donde hemos visto que las mujeres son igual o mejores que muchos deportistas masculinos, consiguiendo grandes logros y siendo ejemplo para miles de jóvenes, se valora más que no muestren ni un centímetro de su torso y no todo lo que trasmiten como deportistas.

No estoy a favor de levantar la voz por cualquier cosa y calificar libremente cosas como machista. Creo en la igualdad, en el mismo tratamiento tanto a hombres como mujeres. Mientras estos pequeños detalles absurdos, y que son fácilmente evitables, sigan estando presentes en los grandes torneos, la igualdad no reinará como debe, y de este modo nadie ganará. Los que quieren utilizar el machismo para luchas absurdas e interesadas seguirán teniendo una excusa y, por otro lado, los que queremos que tanto hombres como mujeres sean tratados exactamente igual, seguiremos sintiendo una profunda vergüenza a ver imágenes como las de Alize Cornet.





Pd: Os dejo el enlace para que veáis las imágenes. 



La reina y su corona 





Carolina es historia del deporte español. La onubense conquistó su tercer mundial, siendo así la única jugadora en colgarse tres medallas de oro. La jugadora española ya logró conquistar un mundial en los años 2014 y 2015 y ahora lo ha vuelto hacer. El último lo ha conseguido tras imponerse a la india Pusarla Shindu por 21-19 y 21-10.

Carolina Marín representa muy bien el enorme crecimiento del deporte femenino en España. Y es que es una evidencia que en los últimos años las mayores alegrías de nuestros deportistas vienen de la mano de ellas, nuestras chicas. El mejor ejemplo fueron los juegos de Rio de 2016.

En dicha competición, de las 17 medallas que consiguió el equipo español, 9 vinieron como fruto del enorme trabajo que realizaron las españolas. Además, de esas 9 medallas femeninas, 4 fueron medallas de oro y 3 medalla de plata. Toda una verdadera declaración de intenciones. Desde hace tiempo ya que las deportistas españolas “han venido” y lo han hecho para quedarse.

Pero dejando a un lado el deporte por géneros, Carolina Marín personifica cosas mucho más importantes que cualquier título físico. La onubense representa la eterna perseverancia, el hecho de ser constante, la imposibilidad de rendirse y nunca dejar de creer.

Una mujer que nació en Huelva, un lugar donde el bádminton apenas era conocido (por no decir totalmente desconocido), y que se propuso hacerse un hueco en la historia de dicho deporte. Lo curioso es que, tal y como me confesó ella una vez, Carolina comenzó bailando flamenco. Pero fue gracias a una amiga que ya jugaba a bádminton por lo que ella decidió jugar también. ¡Bendita decisión!

Lo mejor de Carolina es que sigue manteniendo la sencillez y la timidez de aquella chica que salió de Huelva para intentar ser una gran jugadora de bádminton. Hoy años más tarde, se le comienza a considerar como una de las mejores jugadoras de la historia de este deporte y, por consiguiente, del deporte español.

Carolina hace tiempo que se sumó a la lista de los muchos deportistas que son ejemplo dentro y fuera de sus terrenos de juego. Los Nadal, Gasol, Mireia Belmonte o la propia Carolina Marín, representan los valores que han de ser inculcados a nuestros pequeños. La mentalidad de trabajo, de respetar al rival. De mantener la humildad en la victoria y la deportividad en la derrota. Y especialmente, si hay algo que resumen a la perfección a estos deportistas es la inconcebible idea de arrojar la toalla y rendirse nunca. Creen hasta el final y, a su vez, nos hacen creer a nosotros. Por eso son lo que son, y por ello son historia del deporte mundial.

Es una enorme alegría para todos los aficionados al deporte ver cómo, una vez más, la reina del bádminton se vuelve a colocar su corona.