Lo volviste a hacer, Zizou




Las despedidas nunca fueron plato de buen gusto. Es difícil asimilar que nada es para siempre, y menos cuando se trata de un vínculo especial. Zinedine Zidane no seguirá como entrenador del Real Madrid la próxima temporada.

El francés se ha despedido con el silencio que le caracteriza. En una rueda de prensa, alejado de las ovaciones que pudo haber conseguido si hubiese anunciado dicha decisión nada más finalizar la final de Kiev. Pero Zidane es así, no le gusta acaparar los focos, no desea ser el centro de atención.

Como jugador ya fue legendario. Enamoró a todo el Santiago Bernabéu con su fútbol. En su despedida, no necesitó un acto especial solo para él. Terminó el partido, le dio su camiseta a Riquelme, y tuvo que ser impulsado por Raúl para ubicarse en el centro del terreno de juego para dar un “último adiós” a la afición. Cabe destacar que, en su marcha, Zizou perdonó un año de contrato, cosa que no hace cualquier jugador.

Ya como entrenador, siempre ha sido cuestionado. Cosas como “es un alineador”, “solo sabe motivar”, “no es buen entrenador” o la conocida frase de “tiene mucha flor” han sido la tónica habitual del día a día de Zidane en el banquillo blanco. Un míster que ha ganado 3 Champions League en dos años y medio. Todo esto en 33 partidos de Champions, es decir, cae a una Champions cada 11 partidos (una edición de Champions completa tiene 13 partidos).

Además, Zidane ha ganado 8 finales de 8 disputadas. Ha ganado la Liga, la Supercopa de España y de Europa, y también el Mundialito de Clubes. Su único lunar ha sido la Copa del Rey. Dicha competición supuso el momento más duro de Zizou como entrenador, en la eliminatoria ante el Leganés.

Con la marcha de Zidane se pierden muchas cosas. No volveremos a ver esa sonrisa que es capaz de apaciguar una tempestad, con la timidez que tanto le caracteriza al francés. Un caballero en la derrota, y un humilde vencedor en los logros conseguidos. Zidane representa los valores que han de ser inculcados. Respeto, pasión, compromiso, humildad, profesionalidad y la que, en mi opinión, es la más importante de todas: fidelidad.

Zidane ha sido fiel a sus valores, a su forma de ser, a sus principios. Pero, principalmente, ha sido fiel al Real Madrid. Ha sabido decir “hasta aquí” cuando ha estimado oportuno, cuando considera que nada más puede aportar al conjunto blanco, o al menos de momento. Se marcha un hombre que ya era una leyenda, pero el que una vez más, y sin hacer mucho ruido, ha vuelto a hacer historia.

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