¡No es el momento!



Inoportuno y egoísta. Así he percibido el comunicado del Real Madrid haciendo oficial la contratación de Julen Lopetegui de cara a las próximas tres temporadas, a tan solo 48 horas de que comience el Mundial de Rusia 2018.

Se mire por donde se mire, la decisión del club blanco de hacerlo oficial hoy es incoherente. Si la excusa es que necesita un entrenador inmediatamente para poder planificar la temporada 18-19, la insensatez se hace aún mayor, puesto que, si España consigue llegar a la final del Mundial, Lopetegui estaría ocupado hasta el próximo 16 de julio (más de un mes).

Supongamos ahora que el Real Madrid mantiene contacto con el actual seleccionador durante la competición, de cara a preparar y gestionar la plantilla para la próxima campaña, ¿qué manera es esa de afrontar la fase final de un campeonato del mundo? ¿Cómo se les puede pedir a los jugadores que se centren en el partido cuando la cabeza del entrenador puede estar en posibles fichajes o salidas del club blanco?

Si ya de por sí, ser seleccionador de España es una verdadera odisea, por todas las críticas y decisiones cuestionadas que siempre giran en torno a ese cargo, con este comunicado la cosa se complica aún más. Ahora, en cada decisión tomada, en cada once alineado o en cada sustitución del combinado nacional se tendrá en cuenta el futuro cargo del seleccionador, y se mirará todo a través de un prisma más subjetivo.

Sinceramente, y bajo mi opinión, esta decisión no viene en el momento indicado. No considero que sea el día más oportuno. Ahora se verá a Julen como entrenador del Real Madrid y no como actual seleccionador (que es su puesto actual). Es hora de dejar los colores de los clubes a un lado y remar todos en una misma dirección. Pero conociendo a la afición española, me atrevería a vaticinar, que esta decisión dará mucho que hablar.

El comunicado podría haber esperado, hasta el próximo 16 de julio, una vez finalizado el Mundial. Incluso, si España es eliminada antes de dicha fecha, adelantar la exclusiva de dicho comunicado. Honestamente hablando, no considero que el Real Madrid y el propio Julen Lopetegui hayan estado acertados anunciando dicho acuerdo a tan solo dos días del comienzo del campeonato de selecciones más importante del planeta.

Si la decisión del Real Madrid es acertada o no el tiempo lo dirá. Los títulos, el juego del equipo, el planteamiento y dirección del conjunto blanco, la toma de decisiones, etc… todo está por ver y hay mucho trabajo por hacer. Sin embargo, el pensamiento que me viene ahora mismo a la mente al ver este comunicado es: ¡No es el momento!

Lo volviste a hacer, Zizou




Las despedidas nunca fueron plato de buen gusto. Es difícil asimilar que nada es para siempre, y menos cuando se trata de un vínculo especial. Zinedine Zidane no seguirá como entrenador del Real Madrid la próxima temporada.

El francés se ha despedido con el silencio que le caracteriza. En una rueda de prensa, alejado de las ovaciones que pudo haber conseguido si hubiese anunciado dicha decisión nada más finalizar la final de Kiev. Pero Zidane es así, no le gusta acaparar los focos, no desea ser el centro de atención.

Como jugador ya fue legendario. Enamoró a todo el Santiago Bernabéu con su fútbol. En su despedida, no necesitó un acto especial solo para él. Terminó el partido, le dio su camiseta a Riquelme, y tuvo que ser impulsado por Raúl para ubicarse en el centro del terreno de juego para dar un “último adiós” a la afición. Cabe destacar que, en su marcha, Zizou perdonó un año de contrato, cosa que no hace cualquier jugador.

Ya como entrenador, siempre ha sido cuestionado. Cosas como “es un alineador”, “solo sabe motivar”, “no es buen entrenador” o la conocida frase de “tiene mucha flor” han sido la tónica habitual del día a día de Zidane en el banquillo blanco. Un míster que ha ganado 3 Champions League en dos años y medio. Todo esto en 33 partidos de Champions, es decir, cae a una Champions cada 11 partidos (una edición de Champions completa tiene 13 partidos).

Además, Zidane ha ganado 8 finales de 8 disputadas. Ha ganado la Liga, la Supercopa de España y de Europa, y también el Mundialito de Clubes. Su único lunar ha sido la Copa del Rey. Dicha competición supuso el momento más duro de Zizou como entrenador, en la eliminatoria ante el Leganés.

Con la marcha de Zidane se pierden muchas cosas. No volveremos a ver esa sonrisa que es capaz de apaciguar una tempestad, con la timidez que tanto le caracteriza al francés. Un caballero en la derrota, y un humilde vencedor en los logros conseguidos. Zidane representa los valores que han de ser inculcados. Respeto, pasión, compromiso, humildad, profesionalidad y la que, en mi opinión, es la más importante de todas: fidelidad.

Zidane ha sido fiel a sus valores, a su forma de ser, a sus principios. Pero, principalmente, ha sido fiel al Real Madrid. Ha sabido decir “hasta aquí” cuando ha estimado oportuno, cuando considera que nada más puede aportar al conjunto blanco, o al menos de momento. Se marcha un hombre que ya era una leyenda, pero el que una vez más, y sin hacer mucho ruido, ha vuelto a hacer historia.