El Real Madrid de Murano



Cuidado, muy frágil. Esa es la etiqueta que ha adquirido el Real Madrid. Como una joya de gran valor que puede romperse con cierta facilidad. No me refiero a una fragilidad llevada a un nivel extremo, pero el cristal de Murano no es amigo de los golpes, y el Madrid atraviesa una vía de curvas pronunciadas, socavones y acantilados peligrosos. 

Dejando a un lado el ventajismo inherente al fútbol en nuestro país, obviaré la necesidad de decir que el Real Madrid está en un receso de crecimiento futbolístico. Sí, has leído bien, receso, y no crisis. Yo he vivido crisis. Yo he visto a un equipo caer en octavos durante ocho años seguidos, lo he visto caer eliminado en la primera ronda de la Copa Del Rey ante un Segunda B. El Real Madrid está mal, pero nada de crisis. 

No obstante, cabe destacar la más que cuestionable situación física del equipo. Y es que ya no se trata de que Gareth Bale se lesione sin cesar, sino que además, otros jugadores se han apuntado a este grupo. Keylor, Varane, Kovacic o Vallejo son los ejemplos más claros.

Vallejo: un central con un enorme futuro, pero el cual desde su llegada ha estado más tiempo en la enfermería que pisando el verde. La falta de oportunidades y su "fragilidad" no le han permitido justificar su fichaje. 

Keylor Navas: el siempre cuestionado guardameta blanco, lleva un par de años lesionándose con cierta facilidad. Esto sumado a los rumores de la posible llegada de De Gea hace que se agrave aún más su situación. Con el costarricense en buena forma los blancos son más fuertes.

Kovacic: gran parte del mérito de la victoria del Real Madrid en la Supercopa de España ante el FC Barcelona fue el trabajo descomunal de Kovacic. Perder a este jugador, justo cuando mejor estaba jugando, es propiciar otro pequeño golpe al conjunto de Zidane.

Varane: la eterna promesa del central colosal que iba a ser, es pan para hoy y hambre para mañana, al menos de momento. El francés a duras penas encadena diez partidos jugados a gran nivel, y estoy siendo benévolo. El central del futuro tiene que hacerse presente. 

Marcelo y Carvajal: la situación de los laterales del Madrid es difícil. La profundidad que aportan ambos era esa sexta marcha que el Real Madrid ponía cuando la cosa se complicaba. El estado de forma de Marcelo es preocupante, y el Madrid acusa su falta de chispa, necesita esa zurda única y esa técnica determinante. Carvajal, a pesar de no contar para la FIFA y no tener un sitio en el once ideal, es un jugador vital en el éxito del Madrid de Zidane. Dos jugadores irremplazables en este equipo. 

La realidad es que este Real Madrid se asemeja bastante al cristal de Murano. Con el más mínimo roce, o con cualquier golpe, tenemos la sensación de que puede romperse. Esto ocurre también con el conjunto de Zidane, y es que los detractores de los blancos están deseando que lleguen dos derrotas consecutivas para despedazar a este equipo. En la pasada temporada, tras las derrotas ante el Sevilla (Liga) y Celta (Copa) en el mes de enero, los visionarios vaticinaban un final de temporada catastrófica para los blancos. Sin embargo, ya sabemos cómo terminó esa historia: Liga y Champions en la vitrina. En comparación con el cristal de Murano, el resto de vidrios carecen de valor. Y es que este material solo es valorado por aquellos que aprecian la calidad.

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