La historia se escribe en blanco
Tres Champions League en los
últimos cuatro años. Así, tal y como suena, aplastante y contundente. El Real
Madrid consiguió el pasado sábado su duodécima Copa de Europa, o lo que es lo
mismo, consiguió agrandar, aún más si cabe, su importancia en la historia de
este deporte y el idilio que mantiene con esta competición.
La Champions conquistada es
el resultado de una plantilla unida, donde todos y cada uno de los jugadores
han tenido minutos y donde cada jugador ha aportado su grano de arena. Es la
Champions de los Morata, James, Asensio, o incluso Mariano. Todos, desde el
primero hasta el último, han sido artífices del logro conseguido. Y es que, la Champions alcanzada no es una victoria cualquiera. El Real Madrid consigue ser el primer equipo
en la historia en ganar 2 Champions League de forma consecutiva (desde que el
formato paso a ser el que es hoy día). Nadie lo ha hecho antes, parecía algo
imposible.
Sin embargo, la proeza no es
solo conseguir 2 de manera consecutiva, sino que hayan logrado conquistar 3 Champions
en los últimos 4 años, un dato demoledor. Hay que tener en cuenta que estos
logros cobran aún más importancia sabiendo que el Real Madrid es ese equipo que
“no juega a nada”, que gana los partidos por suerte, que en la última década
parecía estar a la sombra de otros, y nada más lejos de la realidad. Atrás
quedan las excusas de la Champions conseguidas en blanco y negro, las Copas de
Europa de los totalitarismos. Algunos decían que en el siglo XXI el Real Madrid
no tendría nada que hacer contra aquellos que parecen haber inventado el
fútbol, pero en el último lustro los datos no dicen lo mismo.
Por encima de la calidad y
mérito que tienen jugadores como Kroos, Modric, Isco, Carvajal, Ramos, Marcelo
o Casemiro, sin los cuales no se habría conseguido nada de lo citado
anteriormente, déjenme que destaque a dos hombres por encima del resto:
Cristiano Ronaldo:
ya nadie puede decir que Cristiano no aparece en partidos importantes. Un
jugador que ha conseguido anotar en 3 finales de Champions League. El crack de
Madeira ha terminado la temporada de manera excelsa. Le hizo 5 goles al Bayern
de Neuer, 3 goles al Atlético de Oblak y el pasado fin de semana, le hizo 2
goles a Buffon (que hasta la final solo había encajado 3 goles en 12 partidos).
Un futbolista que está lanzado a por su quinto balón de oro, una estrella que
es el máximo goleador de la historia del Real Madrid, máximo goleador en la
historia de la Champions League. Y no solo con su club, Cristiano es el máximo
goleador de las Eurocopas, y el máximo anotador en la historia de la selección
portuguesa. Aun así, habrá intelectuales que digan que está viejo, que está
acabado, o que es simplemente un “goleador”. Y en parte no les falta razón,
porque es un goleador, pero el más grande e importante de todos los tiempos de
este deporte.
Zinedine Zidane:
en su llegada al banquillo blanco, muchos fueron los que se atrevían a
vaticinar un futuro negro al entrenador francés al mando del conjunto
madridista. Su falta de “experiencia”, su “timidez”, el hecho de haber sido un
gran jugador en su época, eran excusas justificadas para atacar a Zidane. Puede
que por ser quien es, el héroe de la novena, se le tuviese ganas desde el
principio, o simplemente por entrenar al equipo que entrenaba. Un hombre que no
parecía tener ni idea de fútbol, que no sabe hacer cambios y que no sabría
sentar a grandes estrellas. Pues bien, Zinedine, que consiguió junto con Carlo
Ancelotti la décima, ya ha logrado como primer entrenador la undécima y la
duodécima. Un líder del vestuario, que cuenta con la admiración y el respeto
del mismo. Un hombre que ha dejado en el banquillo a Cristiano en 10 partidos
de liga, y que en la pasada final y contra todo pronóstico, dejó sentado a Bale
colocando a Isco en su lugar. Aquel al que se le acusaba de flojo, de blando
para entrenar al Real Madrid, una persona que solo ostentaba una enorme flor en
su trasero, ya ha conquistado 5 títulos (Liga, Mundialito, Supercopa de Europa
y 2 Champions) en un año y medio como entrenador. Sus detractores dirán que es
mérito de su enorme plantilla, y no les falta razón. Pero, ¿cuántas veces no
hemos visto plantillas talentosas echadas a perder por el mal manejo del
vestuario por parte de su líder? Eso es precisamente Zidane, un líder, con
talante para ganarse a un vestuario y con la grandeza de seguir haciendo
historia.
El Real Madrid ya piensa en
la decimotercera. Porque esa es la idiosincrasia del conjunto de Chamartín,
inconformidad, necesidad desmesurada de seguir haciendo historia. Este club
solo desea eso, seguir haciendo historia y seguir escribiendo tardes de gloria
en el libro dorado del fútbol. Un color dorado como la corona del escudo
madridista, cuyas páginas son blancas como el color de la camiseta del equipo
más importante de la historia de este deporte.
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