UN ADIÓS IRREMPLAZABLE  


Casemiro se ha ido del Real Madrid. Con él, se marchan muchas cosas, más que el simple hecho de la salida de un jugador. El brasileño se ha convertido en un espejo donde se miran miles de jugadores de la fábrica blanca. Casemiro es un madrileño que nació en Brasil. Es un brasileño con descendencia española. Uno más, uno especial. Único, valioso e irrepetible.

Con Casemiro se marcha un personalidad múltiple, que podría rozar la bipolaridad, capaz de confundir a las mentes más preparadas. Con el adiós del catorce blanco se va esa cara de chico sencillo, e incluso inocente, cuando baja del autobús y saluda a la afición. Una persona cercana y educada en las ruedas de prensa. Un tipo tímido, que solo acepta los focos mediáticos cuando está vestido de corto. 

Es ahí, precisamente ahí, cuando sufre su metamorfosis. En el campo de juego se convierte en un soldado, aquel capaz de morir por y para los suyos. No se arruga ante nada ni nadie. Es el más fiel escudero que todo jugador desea tener a su lado. De tener que ir “a la batalla” es mejor hacerlo con Casemiro en tu bando. Si el te acompaña y está a tu lado, el éxito estará próximo...

No obstante, el cariño y respeto de todas las personas que han convivido con él ratifica el enorme corazón que Casemiro tiene con los suyos. Atento con los jóvenes, fiel a sus compañeros y equipo. Profesional intachable, cuyo único camino conocido es el del trabajo. Humilde y respetuoso, con un enorme sentido de responsabilidad.

Casemiro nunca ha abandonado esa senda, y así le ha ido… Con Casemiro se dice adiós a un futbolista que reúne los valores del madridista. El no rendirse hasta el final. Un tipo que no negocia el competir con intensidad, sin medias tintas. Ese que celebra cada gol como si fuese el último de su carrera. Saltando al más puro estilo de Juanito. Aquel que en cada partido dejaba el alma sobre el césped, y el cual es consciente de que la camiseta del Madrid es más importante que cualquier nombre individual. 

Pero, especialmente, con la salida de Casemiro se termina la hegemonía del mejor centro del campo de la historia. Esa combinación suprema formada por Casemiro, Kroos y Modric. El tridente que ha ganado todos los títulos posibles. Ninguno se les ha resistido. Siete años han sido los que han estado juntos, y cuatro son las Champions conquistadas. Unión dentro y fuera. 
Tres piezas de oro que han formado el mejor engranaje jamás contemplado. 

Casemiro se va como se tenía que ir, ganando. Siendo el último MVP de una final. Se va con todo el respeto de sus compañeros, y el amor del Bernabéu. Se va con el afecto de Florentino y la amistad de Ancelotti. Casemiro se despide de la que siempre será su casa, y de la que nunca podrá separarse del todo. 

Pues la historia del Madrid estará siempre vinculada a Casemiro, y este, a su vez, siempre será actor principal de la historia más exitosa del mejor club del mundo. Ya que es una obviedad que con Casemiro, el equipo es mejor. Con Casemiro, ganar es más fácil. Con Casemiro, el fútbol siempre será eso: fútbol.