Se terminan las palabras
Se terminan las palabras. Los adjetivos, los piropos, los titulares. Hace tan solo dos días Rafael Nadal Parera volvió a demostrar que no es un deportista cualquiera.
Se ha dicho todo sobre Rafa.
Absolutamente todo. La gran calidad humana que tiene fuera de las pistas, y el
gran deportista que siempre ha sido. Pero principalmente, quiero destacar la
mentalidad de este hombre. La fortaleza mental. No ha existido ninguna igual en
el mundo del deporte. Tan solo Michael Jordan podría disputarle ese puesto al
tenista español.
En un partido donde
cualquier ser humano lo hubiese dado por perdido, Nadal volvió a darnos motivos
para creer que no es español, porque tampoco es de este planeta. ¿Cómo poder
darle la vuelta a una situación tan adversa? No creo que baste solo con creer,
se necesita algo más.
Creer que se puede, pero que
el cuerpo te responda. No fallar, y si se hace, no permitir que te afecte. A su
edad, con todo, absolutamente todo ganado, sigue teniendo la misma ambición que
aquel chico con melena larga que conquistaba su primer Roland Garros.
Rafa ha conseguido
convertirse en el tenista masculino con el mayor número de Grand Slam. Nadal ha
dejado de ser el mejor deportista español de todos los tiempos, para
convertirse en uno de los mejores deportistas de la historia. Da igual el
deporte, si hay un elenco de dioses, Rafa ha de estar ahí. Sin ninguna duda.
Picasso tenía sus pinturas y
Cervantes enamoraba con sus novelas. Rafa Nadal tiene su raqueta, y con ella,
al más puro estilo cervantino, está escribiendo con letras de oro una carrera
inigualable en el sagrado libro de la historia. Al mismo tiempo y de manera
picassiana, Rafa dibuja sonrisas, miles de sonrisas en todas las personas que
adoran el tenis en particular, y que aman el deporte en general. Él, como los
dos anteriores, ya son inmortales.
La sensación que tiene
alguien cuando escribe sobre Nadal es que no es suficiente. Que podríamos estar
divagando a lo largo de un sinfín de hojas sobre lo que ha hecho por la marca
España, siendo referente merecido y ejemplo necesario de las generaciones
venideras. Rafa aporta valores primordiales a la sociedad, y demuestra cual es
el camino a seguir para poder triunfar en el deporte.
Pero como digo, las palabras
son escasas para lo que se puede escribir sobre él. Es difícil y complejo
definir algo que se escapa, en muchas ocasiones, al entendimiento. Rafa Nadal
ha conseguido enamorarnos a todos. Rafa ha logrado que todo el mundo sienta
orgullo y admiración por él y sus valores. Pero, principalmente, Nadal ha
provocado que a muchas personas se les terminen las palabras.