Sentimientos: Fútbol 2.0




Que el fútbol moderno difiere mucho del fútbol tradicional no es algo que vayamos a descubrir hoy aquí. Que el fútbol de esta época está sustentado en el enorme y descomunal poder del dinero, dejando de lado (cada vez más) los sentimientos que nutrían a este deporte, es una obviedad.

Estos días, con la presentación de Álvaro Morata por el Atlético de Madrid, he visto cómo han cambiado los futbolistas. Como ahora, donde dije digo, digo Diego. Actualmente, leyendo noticias y declaraciones sobre ese tema, me invade una risa, con una clara connotación de vergüenza ajena.

En primer lugar, quiero dejar absolutamente claro que Álvaro Morata es totalmente libre de elegir el equipo por el cual ha de fichar, solo faltaría. Es tan digno y tiene el mismo derecho a buscarse un porvenir que cualquier persona que cambia de empresa, por motivos económicos, sociales o personales. Además, es un jugador que me agrada y espero que triunfe en el Atlético de Madrid.

Dicho lo cual, no me hables de sentimientos, Álvaro. No vengas a contarle a la afición del Metropolitano que estabas dos horas esperando para recoger tu peto. Puede que sea cierto, y que tengas un grato recuerdo de esa época, pero tu sentimiento es madridista. Cómo le explicas a la hinchada colchonera tus lágrimas al volver al Real Madrid tras tu paso por la Juventus. Cómo les explicas a los aficionados que cuando anotaste un gol con la Juventus en el Bernabéu no hiciste ni un gesto por celebrarlo (cosa que demuestra que eres un hombre agradecido y con memoria, y eso se agradece) y en cambio, cuando marcaste el 1-1 con el Chelsea en el Metropolitano lo celebraste con pasión. ¿Dónde está ahí tu sentimiento rojiblanco?

Reitero que Morata es libre de ir al club que quiera, y que no dudo que el Atlético tenga un hueco en su corazón por la etapa vivida en su niñez, pero que no vengan vendiéndome que es un colchonero desde siempre y que su sueño era que llegase este momento. Todo el mundo sabe que si hubiese triunfado en el Real Madrid jamás habría fichado por el club rojiblanco.

Debemos asumir cuanto antes que los Puyol, Xavi, Totti, Gerard, Giggs, etc, son jugadores que ya no existen. Futbolistas que solo piensen en un club, con un sentimiento de pertenencia verdadero, y no una mera cuestión temporal. Como si el sentimiento a un club se tratase del mecanismo de una veleta, dirigiéndose a la zona donde el viento sopla más fuerte.

Con esto no quiero, ni mucho menos, hacer ver que Morata es un mal profesional. Nada más lejos de la realidad. Pero no me gusta que jugadores hablen de sentimientos a los aficionados, cuando son estos los que SI mantienen los sentimientos por un club durante toda su vida. Son los aficionados los que pagan (a veces a duras penas) las entradas por animar a su club. Son los hinchas los que tienen el derecho, desde el respeto y la educación, a transmitir que se siente siendo de un determinado club. Los jugadores van y vienen, y cada día más, en este fútbol moderno que nos ha invadido. Pero el que está cada fin de semana, sentado en su butaca, ese no cambiará de bando según la fuerza con la que sople el viento.

Me entristece pensar que el fútbol se reduce a dinero. Solo negocio. No quiero ni pensarlo. Para todos los que aman este deporte, esto nunca puede suceder. La profesionalidad es algo que nunca se ha de cuestionar ni menospreciar, pero el sentimiento a unos colores no puede ser una cuestión de conveniencia, caduca como las hojas de un árbol. Tristemente, los sentimientos parecen tener cada vez menos cabida en el fútbol 2.0.