La ilusión de un mago
Llegó el momento, el héroe de la novena tomará las riendas del Real Madrid. En su día el juego del club paso por sus botas, dejando a todos maravillados, pero en esta ocasión será muy diferente. Con poca experiencia en los banquillos, Zidane se enfrenta a la oportunidad de su vida, aunque existan algunas dificultades.
En primer lugar, la situación del equipo no es la idónea. Eliminado de Copa del Rey, la Liga está complicada y la Champions es una competición difícil de ganar siempre, Zizou se enfrenta a una temporada que se prevé en blanco. Por este motivo no hay que comenzar a juzgar ni a exigir resultados a Zidane de inmediato. El momento de exigir será cuando el nuevo entrenador del Real Madrid tenga una pretemporada para moldear al equipo, donde tenga la posibilidad de elegir con qué jugadores cuenta y con cuáles no. Establecer un estilo de juego desde el principio, no en enero de prisa y corriendo.
En referencia a lo anterior, creo que la llegada de Zidane tiene dos caras importantes. Por un lado la ilusión, más que evidente, que despierta en todo aficionado madridista. Un hombre que siempre optó por el buen fútbol cuando pisaba el verde, y que estaba sentado en el banquillo, como segundo de Carlo Ancelotti, cuando se ganó la décima. Por otro lado, es un situación muy delicada, y puede que también, precipitada. Este no es el momento ni la forma soñada por un madridista para el regreso de Zidane.
El mayor problema de Zidane tiene nombre y apellidos: Florentino Pérez. El mismo hombre que ayer le abrazaba y le deseaba suerte será el primero en querer darle salida a los 2 o 3 años, en el mejor de los casos. Con un presidente que lleva once entrenadores en trece años las expectativas de un proyecto a largo plazo se hace casi inimaginable.
Zidane se enfrentará a un vestuario que lo admira. Un vestuario que hasta el momento no ha hecho nada por sacar la temporada adelante, donde los egos personales parecen pesar más que el escudo del club. Con Zizou eso debe acabar, por el simple hecho de que el entrenador ha sido uno de los grandes jugadores de la historia y eso pesa en un vestuario. Es el momento de que pesos pesados de la plantilla den un paso al frente y remonten el vuelo.
Sin embargo y a pesar de todo esto, la llegada de Zidane es un empuje para cualquier aficionado al club blanco. La ilusión y el optimismo son más que palpables en los madridistas. Zidane les dio la novena, fue participe de la décima y anhelan poder alzar con él la undécima. Cómo futbolista el francés fue algo insólito, único e inigualable. Magia en estado puro, capaz de componer música mientras jugaba, de recibir un ladrillo y devolver un balón de fútbol. Zidane con sus pies enamoró al mundo, ahora es el momento de conquistarlo con su conocimiento.